El gas natural es un combustible fósil que se encuentra en la naturaleza y se utiliza como fuente de energía. Está compuesto principalmente por metano, pero también puede contener otros hidrocarburos como etano, propano y butano, así como pequeñas cantidades de dióxido de carbono, nitrógeno y otros gases.
El gas natural se encuentra en formaciones geológicas en la tierra, en depósitos de roca porosa, en capas de carbón y en yacimientos de petróleo. La extracción de gas natural se lleva a cabo mediante perforaciones en el suelo y la utilización de técnicas de fracturación hidráulica.
El gas natural se utiliza como fuente de energía para calefacción, agua caliente, cocinas y otros usos domésticos, así como para la generación de energía eléctrica. También se utiliza como combustible en la industria y el transporte.
Entre las ventajas del gas natural se encuentran su eficiencia energética, su bajo costo en comparación con otros combustibles fósiles y su menor impacto ambiental. En comparación con el carbón y el petróleo, el gas natural produce menos emisiones de gases de efecto invernadero y contaminantes del aire.
Sin embargo, el gas natural también tiene sus desventajas, como su potencial de fuga y explosión, y la emisión de metano, un gas de efecto invernadero mucho más potente que el dióxido de carbono.
En resumen, el gas natural es un combustible fósil compuesto principalmente por metano que se utiliza como fuente de energía para calefacción, cocinas, generación de electricidad y otros usos domésticos e industriales. Tiene ventajas en términos de eficiencia energética y menor impacto ambiental en comparación con otros combustibles fósiles, pero también presenta desventajas en términos de seguridad y emisiones de gases de efecto invernadero.
